Hay pocos tipos que no aspiren a tener algún día un armario lleno de todo tipo de trajes, pero a menudo no sabemos cómo lograrlo. Para el resto, los trajes son un mal necesario: una póliza de seguro para grandes momentos profesionales y sociales en las que quieres gastar lo mínimo necesario.
Sea cual sea el caso en el que tú estas, déjanos ayudarte a iluminar el camino.
Esta es la guía de PasionPorElCabello para construir tu armario perfecto. No en el sentido de HomeDepot o hágalo usted mismo, sino en el de qué comprar, y en qué orden hacerlo, para poder cubrir de forma más económica las bases de tu colección u ocasión y obtener el máximo rendimiento de tu dinero gastado en sastres.
El traje liso de dos botones de la azul marino.
El equivalente a la sastrería del vestidito negro, si sólo compras un tipo de traje, que sea un traje azul marino de dos botones con una solapa de muesca. Es el único que necesitarás y podrás usarlo para tooooodo.
Bodas, entrevistas de trabajo, fiestear, comparecencias en la corte (esperamos que no), te tiene cubierto. Especialmente si eliges una tela de peso medio – alrededor de 11-12 onzas (es decir, 310 a 340 gramos) – para que puedas usarla todo el año.
No te dejes influenciar por «Súper» números de calidad, una medida de la finura del material. «Súper» suena bien, pero también se arrugan más, lo que los hace inadecuados para el uso diario. «Fino» también significa «delicado». Así que si este es tu primer – o único – traje, entonces es probable que lo deseches después de un par de meses de uso continuo. En su lugar, mantén la calidad intermedia (100) para obtener una buena mezcla de asequibilidad y durabilidad.
Una tela texturizada, como un hopsack (básicamente tela de costal), un birdseye o incluso una franela ligera, te permite llevar el saco y los pantalones como un traje que se separa del resto de tu armario. (Esto no funciona, sin embargo, con la lana de estambre brillante genérica, así que no lo intentes. Nunca.) Los detalles como los bolsillos de parche y los botones de contraste ayudan en este sentido, aunque también harán que el traje sea un poco más smart-casual.
El traje gris liso de dos botones
El otro tipo de caballo de batalla de la sastrería. La caballería. Justo cuando tu traje marino estaba a punto de entregar el alma (o simplemente ir a la tintorería), «Grey» (Y no el de las 50 sombras) cabalga al rescate, listo para hacerte quedar bien.
Como regla general, el gris carbón se inclina hacia lo formal y lo invernal, mientras que el gris claro es más informal y veraniego. Un gris medio te dará el mayor alcance posible para el uso diario, durante todo el año. Lo ideal es elegir un tono – y tela – con kilometraje, de manera que puedas llevar los pantalones con tu saco azul marino y viceversa (y no se note la diferencia de nuevo vs usado).
Hasta que los cimientos de tu armario de trajes estén en su lugar como en los edificios, evita patrones como una plaga de langostas voraces que mastican el cachemir. Nadie notará que usaste el mismo traje azul marino o gris durante dos o tres días de la semana.
El traje oscuro de doble pecho
Es en este punto en el que las guías de estilo (y otras más indulgentes) recomendarían un traje listo para el verano en algodón o lino caqui ligero. Sin embargo, para aquellos en climas menos chiditos, hay cuestiones más apremiantes.
En su lugar, ahora es el momento de abogar por un traje de doble pecho, silencioso pero espectacular, como tu caballo azabache: específicamente, un gris casi negro, o azul marino que sea casi azul de medianoche, tal vez incluso en una tela con un poco de brillo, como el mohair (hecho de un borreguito), y con solapas de pico.
¿La razón?
Un «DP» (doble pecho, para los que no lo agarraron) oscuro es lo suficientemente versátil para entrar en tu rotación diaria. Pero con la forma, el brillo y las solapas afiladas, también tiene un poco de fanfarronería (tipo el Bobby Palazuelos) para esas ocasiones en las que necesitas llevar un traje pero no quieres parecer que vienes directamente de la oficina, por ejemplo, invitaciones con código de vestimenta de cócteles y bodas. Sólo asegúrate de que el corte sea ajustado y no demasiado largo en el saco.
El traje para la cena de gala o de etiqueta
Las invitaciones de etiqueta pueden ser pocas y poco frecuentes (a menos que seas el mandamás), incluso llegas a tener una al año, pero vendrán, con mayor regularidad a medida que envejezcas. Y cuando llegan, son invariablemente para ocasiones en las que quieres verte y sentirte en la cima el rey del mundo: una fiesta de trabajo elegante, una boda, una largamente esperada nominación al Oscar como mejor actor o cuando ganes la rifa del avión Presidencial.
No son ocasiones en las que quieras ponerte un traje de alquiler que apeste al sudor empapado de otros cien hombres sudorosos antes que tú.
Si compras un producto fabricado «en serie» o no personalizado, puedes conseguir que tu dinero haya valido la pena después de tan sólo dos o tres usos (los trajes hechos a medida requerirán un número considerablemente mayor de usos, principalmente por el costo). Y míralo de otra manera, ¿con qué frecuencia podrías usar un traje de cena?
Podrías ser el jefe de las invitaciones de etiqueta o el «creativo de las cenas de gala» en las fiestas, incluso cuando la invitación no lo requiera. Si el saco es delgada y un poco corta, podrías usarla con jeans y una camiseta en una noche de fiesta.
El punto es que si tienes un gran esmoquin que te queda como un guante (posiblemente de terciopelo), entonces encontrarás excusas para usarlo. Y probablemente recibirás muchas más invitaciones como resultado de esto.
El traje de verano
Es sabido que un par de shorts para nadar van mucho mejor con la temporada de verano que un traje. Sin embargo, eso no quiere decir que los meses más cálidos no sirvan para el hombre que necesita vestirse con un toque de formalidad.
El truco para mantenerse fresco cuando el clima no lo es, no sólo es elegir el tipo de traje adecuado, sino los tejidos adecuados. Las telas de tejido apretado como el tela de sarga y las fibras artificiales pueden ser menos propensas a arrugarse, pero restringen la cantidad de aire que puede circular a través de la prenda, lo que hace que el lino de tejido abierto ultraligero, la manta o el saco de lúpulo sean una opción mucho mejor.
También es prudente prestar atención a la calidad de fabricación. Los sacos de corte ligeramente relajado y sin estructura no sólo eliminan el aislamiento del acolchado y los forros que inducen al sudor, sino que también hablan más del espíritu de la Riviera del verano, al igual que los tonos tierra y pastel, que nunca dejan de lucir bien junto a la piel bronceada.
El traje a cuadros
Aunque no sea el tipo de traje más pertinente para comprar, pocas cosas prometen sobrecargar tanto una rotación de sastrería como un traje de cuadros. Ya sea un tartán, un Tattersall, un Prince of Wales, un Windowpane o un houndstooth (ahora respira, después de estos nombres), un patrón ajustado es una forma segura de sobresalir de la multitud de trajes.
Por supuesto, sólo revisa que tus dos piezas estén combinadas. Además de optar por patrones más sutiles en colores tonales, llevar el traje no combinado – digamos, un saco a cuadros de tipo Prince of Wales con pantalones negros – es una manera fácil de hacerte resaltar del resto sin llegar al territorio de verte como pavo real.
En cuanto a la apariencia en su conjunto, lo más importante es asegurarse de que el traje tiene un corte afilado, y luego simplemente emparejarlo con una camisa lisa y corbata y estarás listo para unirte a las grandes ligas masculinas.
